Ultimamente se ha escuchado hablar mucho sobre el cigarro y el alcohol y como siempre dicen que son malos hábitos. Procuran que la gente los deje y no vuelva a ellos, o incluso la gente hace algo para dejarlo. Pero algo peor que el cigarro y el alcohol incluso me atrevo a decir peor que las drogas, es ya no estar conectados con nosotros mismos ni con la naturaleza. Estamos tan obsesionados con vivir que se nos olvida vivir, así de sencillo.
Yo propongo algo simple, vamos a ver mas el cielo, vamos a dejar a un lado el mal hábito de los techos, que lo único que hacen es limitarnos, porque no nos permiten ver lo grande que es el mundo y lo maravilloso que es éste.
Creo que por el hecho de que la gente pasaba mas tiempo mirando su techo mientras intentaba dormir que mirando las estrellas a nadie le importa que en las grandes urbes a no se aprecie el destellar de las estrellas. En ese aspecto hemos errado y mucho, porque ya no es simplemente no estar conectados con la naturaleza, sino con el universo.
Se que es imposible vivir sin un techo porque casi a cualquier lugar que vallamos vamos a estar bajo un techo, pero lo que creo que todos podemos hacer es que cuando no tengamos uno encima lo veamos y aspiremos fuerte, pensar que no sucede nada malo y disfrutar de nuestro camino, donde sea que nos dirijamos, y si quieren estirense un poco, tratando de alcanzar el gran manto azul (gris, negro, púrpura, rojo o del color que esté) que nos rodea y que no nos olvida.
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